miércoles, 1 de octubre de 2008
Para el siguiente post tenía pensado un resumen sobre los ultraportátiles. Pero he decidido que paso de todo eso. No vale la pena ni el tiempo. A cambio os traigo un par de poemas. Posiblemente insuperables, y si alguien opina lo contrario, se aceptan sugerencias.
Desde una pequeña esquina, a la luz de una tímida vela, sin que nadie la oyera, una voz decía...
Desmayarse, atreverse, estar furiosa,
áspera, tierna, liberal, esquiva,
alentada, mortal, difunta, viva,
leal, traidora, cobarde y animosa;
No hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altiva,
enojada, valiente, fugitiva,
satisfecha, ofendida, recelosa;
Huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
Creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
(Lope de Vega)
Y sin esperar ni siquiera un suspiro, continuó segura, de que nunca se encontraría nada parecido:
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
(Francisco de Quevedo)
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